Pués buscando los foros de Karoshi en Google (pensé que los tenía en
Bookmarks, pero no) me salió esto:
*KAROSHI.*
Hace mas de 10 años apareció en Japón la /muerte por agotamiento
debido al exceso de trabajo/, que se conoce con el siniestro término
de */Karoshi/*. Este mal afecta, por lo regular, a hombre entre los 35
y los 50 años de edad.
Como es sabido en todo el mundo, los asalariados japoneses se
caracterizan por su dedicación al trabajo sin importar el número de
horas extras que tengan que desempeñarse en el cumplimiento de su
deber. Y, desde 1975 entró en vigor un aumento en las horas extras de
trabajo.
Habrá que echar un vistazo a la vida diaria de estos individuos, no
solo en lo que se refiere a las horas que permanecen dentro de su
sitio de trabajo. Las enormes distancias que deben recorrer desde sus
hogares (generalmente ubicados en las afueras de Tokio) en trenes y
autobuses para llegar a sus empleos, obliga a cientos de miles de
japoneses a levantarse a horas muy tempranas. Así, comienzan a padecer
la primera de las muchas situaciones de stress del día: el
congestionamiento dentro de los vehículos de transporte publico en las
"horas pico".
Hasta que llega la hora de la comida (la cual es al mediodía y dura
entre 30 minutos y una hora), los trabajadores japoneses se encuentran
atareados y presionados, Además del trabajo en si, por la pesada
jerarquía social que los obliga a mantener la cabeza agachada frente a
sus superiores. Esta carga continua durante las horas de la tarde.
Cuando el jefe se retira de la oficina pensaran en retirarse, si es
que han cumplido con la agenda del día. Pero si se les propone ir a
algún bar o restaurante para discutir asunto aun pendientes, ello
significará una orden a la que no podrán negarse.
Este es otro mas de los atentados a la salud de los japoneses. Las
impresionantes cantidades de alcohol ingeridas a diario en el país del
sol naciente los enfrenta a un fuerte golpe (que en muchas ocasiones
los noquea) antes de finalizar el día. Además, parece que la
deshidrogenasa alcohólica no abunda entre los orientales, lo que los
hace poco dotados a la resistencia al alcohol.
Cada uno de estos hombres, que a lo largo del día han venido
acumulando angustias, disgustos, cansancio y una que otra humillación,
y que rematan con una buena dosis de alcohol, vuelven al estrecho
hogar arrastrando los pies y a veces el alma.
Ante esta situación, el Ministerio del Trabajo japonés se defiende
diciendo que aun no ha sido demostrada la relación que existe entre el
exceso de trabajo y la muerte prematura por enfermedades cardiacas,
respiratorias o traumas cerebrales. Sin embargo, en 1988 fue
inaugurada una linea telefónica por un grupo de médicos y abogados
denominada /llamadas de emergencia por karoshi/, que en sus primeros 6
meses de funcionamiento ya había recibido 1806 consultas, incluyendo
975 casos de muerte.
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