Los suced neos del petr¢leo.
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SOCIEDAD
La ®revoluci¢n¯ del gas pizarra
EE. UU. busca energ¡a sin l¡mite con su gas de esquisto, mientras vende al exterior su carb¢n altamente contaminante
BORJA BERGARECHE / CORRESPONSAL EN LONDRES
D¡a 19/11/2012 - 02.58h
REUTERS
Pensilvania alberga el segundo campo gas¡stico mayor del mundo
En Estados Unidos est n locos por el ®fracking¯, la t‚cnica de fractura hidr ulica que permite liberar el gas de esquisto, una forma no convencional de
hidrocarburo, de las rocas que lo retienen. El presidente Barack Obama anunci¢ euf¢rico en su discurso del Estado de la Naci¢n el pasado enero que el pa¡s tiene gas para m s de cien a¤os de consumo al ritmo actual. Y cree que la extracci¢n del tambi‚n llamado gas pizarra (®shale gas¯ en ingl‚s) ayudar a crear 600.000 empleos para el final de la d‚cada. El candidato republicano, Mitt Romney, inclu¡a esta forma de gas como uno de los pilares de su estrategia
de independencia energ‚tica.
En el cambio de milenio, los campos de gas estadounidenses languidec¡an. Las tecnolog¡as de perforaci¢n horizontal y de fractura son conocidas desde hace d‚cadas, pero todav¡a en 2000 no se extra¡a un cent¡metro c£bico de gas pizarra. El angustioso objetivo que marc¢ Richard Nixon en 1973, tras el ®shock¯ petrolero, de alcanzar la autosuficiencia energ‚tica en 1980 parec¡a m s lejano que nunca. Hasta que en 2007 estall¢ la llamada ®revoluci¢n del gas pizarra¯. Hoy d¡a, uno de los estados clave en estas elecciones, Pensilvania, alberga el segundo campo gas¡stico m s grande del mundo, detr s del gigante ®offshore¯ iran¡ de Pars Sur, en el Golfo P‚rsico.
Independencia energ‚tica
El ®gas pizarra¯, obtenido mediante la inyecci¢n a alta presi¢n de agua, arena y productos qu¡micos contra las rocas que rodean los pozos, ha pasado en una d‚cada de representar el 1% de la producci¢n dom‚stica de gas en 2000 al 20% en
2010. Se considera que, en la actualidad, podr¡a suponer ya un tercio, y el departamento de Energ¡a de EE.UU. estima que alcanzar el 46% en 2035. Aunque no existe un consenso sobre las reservas extra¡bles existentes, al largo plazo es uno de los factores -junto a la producci¢n de bio-combustibles y formas no convencionales de petr¢leo (arenas asf lticas etc.)- que, seg£n las predicciones de la compa¤¡a BP, llevar n a EE.UU. a alcanzar la independencia energ‚tica en 2030.
La implicaci¢n a largo plazo es todo un movimiento s¡smico geoestrat‚gico para las relaciones de EE.UU. con Oriente Medio, Asia y los pa¡ses de la OPEP. Pero,
al corto plazo, la Arcadia feliz del ®gas pizarra¯ ha tenido dos consecuencias m s inmediatas cuyos supuestos beneficios pone ahora en cuesti¢n un informe presentado esta semana por cient¡ficos del Centro Tyndall sobre cambio clim tico de la universidad de Manchester. El gas ha sustituido al carb¢n como fuente de generaci¢n de electricidad. Durante d‚cadas, este serv¡a para proporcionar la mitad del consumo energ‚tico en EE.UU. En 2011, la cifra hab¡a bajado al 42%, la m s baja desde 1949, seg£n cifras del departamento de Energ¡a
de EE.UU., que prev‚ que en 2012 el porcentaje sea solo del 36%. Este desplazamiento del carb¢n por las formas convencionales y no convencionales de gas ha permitido a EE.UU. reducir sus emisiones de CO2 en un 8,6% desde el m ximo alcanzado en 2005, hasta volver a los niveles de 1992. Un c¡rculo virtuoso que se convierte en t¢xico cuando se introduce en la ecuaci¢n el impacto en el exterior. El efecto de sustituci¢n descrito ha abaratado el coste
del carb¢n estadounidense, que ha pasado a ser exportado fuera de las fronteras
de EE.UU. El carb¢n es, seg£n el £ltimo Informe Estad¡stico de BP, el combustible f¢sil que m s r pido crece. Representa ya el 30% del consumo de energ¡a primaria en el mundo, el nivel m s alto desde 1969. Y su consumo ha crecido un 8,4% en pa¡ses emergentes, seg£n la Agencia Internacional de la Energ¡a. Los precios m s bajos en los £ltimos 18 meses y la ineficacia disuasoria del mercado europeo de emisiones hacen m s ®sexy¯ todav¡a al carb¢n.
El efecto de este ®revival negro¯ del carb¢n -la fuente de energ¡a que m s CO2 produce- es alejar un poco m s el objetivo de reducir un 2% las emisiones en 2050 para mitigar el cambio clim tico. ®Los c lculos presentados en este informe sugieren que m s de la mitad de las emisiones de CO2 evitadas en el sector el‚ctrico de EE. UU. han sido exportadas como carb¢n¯, explican los autores del informe de la universidad de Manchester. ®Debemos considerar seriamente si esta edad de oro del gas es en realidad una celda dorada que nos atrapa en un futuro alto en carbono", alerta John Broderick, responsable del informe.
Tranquilidad estrat‚gica
Con la dial‚ctica pol¡tica instalada en las estrategias de salida de la crisis -con la llamativa excepci¢n del alcalde republicano de Nueva York, Michael Bloomberg, apoyando a Obama por sus pol¡ticas sobre cambio clim tico-, la ®revoluci¢n del gas pizarra¯ seguir siendo percibida como un yacimiento de empleo y tranquilidad estrat‚gica en EE.UU..
Pero, desde el punto de vista energ‚tico, las implicaciones ambivalentes de la apuesta por el gas preocupan a muchos. Seg£n alertaba Paul Stevens en un informe publicado en agosto por el respetado ®think-tank¯ brit nico Chatham House, ®el gas podr¡a terminar sustituyendo no solo al carb¢n (barato) sino a las (relativamente caras) energ¡as renovables; muy malas noticias desde el punto de vista del cambio clim tico¯.
Saludos
Rafael
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