Hola:
Con este mensaje quiero apoyar el mensaje (y la protesta) de Francisco
Álvarez: yo no quiero que los juegos nuevos para MSX tengan un scroll
sincrónico parafrásico con precisión a nivel de 0,01 Hz y que de fondo me
suene la marsellesa: yo quiero juegos buenos.
Y que un juego sea bueno no tiene porqué estar relacionado con su calidad
técnica, sino con la idea que se esconde detrás y lo elaborado de su
concepción. Creo que en el mundillo del MSX es muy loable que se sigan
desarrollando juegos después de 10 años sin soporte comercial (en España).
Pero también opino que llevamos demasiados juegos de concepto, que habría
que empezar a desarrollar juegos más complejos en cuanto al argumento y al
desarrollo. Los juegos de concepto (Tetris, Columns, o tipo Bubble Bobble)
están muy bien, y son muy adictivos, pero no acaban de llegar. Jamás serán
una pieza maestra, o un juego inolvidable.
Por ejemplo, hay un juego que técnicamente era pésimo pero, sin embargo, era
muy vicioso: Las Tres Luces de Glaurung. Me encantaba, y era una triste
copia de la versión de spectrum.
Otro juego que técnicamente era patético era el War in Middle Earth, una
pobre conversión del juego de spectrum. Además, no era compatible del todo
con los MSX de primera generación, y había muchos fallos gráficos, además de
ser leeeeento. Pero era un juego cojonudo. ¿Y cuantos juegos de estrategia
de calidad han aparecido últimamente? ¿Cuantos arcades complejos que no
requieran un Turbo-R para moverse?
Siento ponerme negativo, pero sí. Sex Bomb Bunny es una maravilla en cuanto
a programación, y la idea, aunque es poco original, está muy bien adaptada,
y el resultado es un juego muy adictivo, pero también muy simplón. Yo quiero
juegos en los que tengas un personaje, o cruces infinidad de pantallas, y te
lleves algo de él cuando apagues el ordenador.
Ahora, disparad. Espero no ser el único que opina así. Calidad técnica no
tiene que ver con calidad del juego. Eso sí, si un buen juego además tiene
un nivel técnico alto estamos ante una pieza maestra.
Ánimo: ¡y todos a programar ya mismo!
Eduardo Robsy
